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A todxs nos gusta formar parte de ese grupo de personas que tiene cerca (física y emocionalmente) el precioso litoral aún sin destrozar por el feroz urbanismo en el sur de la provicincia. Y, ¿qué decir de la sierra? Está claro, y la historia nos lo demuestra, que hemos sido siempre una gente muy castigada por la explotación del mundo laboral y por la pobreza económica, pero muy rica en otros aspectos. Entre éstos, dos a destacar: la lucha y la fuerza con la que esta historia (véase por ejemplo las luchas campesinas de finales del siglo XIX) nos ha enseñado a defendernos, y, por otro lado, el enclave geográfico en el que nos encontramos. ¿Qué está pasando con nuestra historia? ¿Qué está pasando con nuestras luchas? ¿Qué está pasando con nuestras vidas? Pongamos, por ejemplo, un paseo por el litoral. Empecemos por su zona más norte: el Parque de Doñana. Incluso las instituciones públicas, lxs políticxs, el Estado, la Junta, todxs presumen y se llenan la boca de emotivas palabras al mirar su atardecer. Pero tras ese atardecer, en la oscuridad de la noche, se aprovecha para que la luz que ilumina sea la luz verde que se le da a proyectos que no dejan de contaminar el Guadalquivir de manera continua. Quizá no haga falta recordar el desastre de Aznalcollar, pero sí empezar a dar a conocer un caso actual que guarda muchas similitudes: la Mina de las Cruces. Dando un salto hacia el sur ¡qué lujo tener todo el año Los Caños, Bolonia, El Palmar, Tarifa! Nos enorgullece, tal como decíamos al principio, tener cerca todo esto, tal como nos da asco alejarnos camino de la vecina Málaga rodeándonos de urbanizaciones demoledoras. Y una vez inmersos ya en Málaga los complejos hoteleros se unen para dar más fuerza destructiva a esa demolición y acrecentar así nuestro asco y nuestra rabia. ¿Quién no siente asco, rabia y pena al hacer este recorrido? Nadie duda de que el Capitalismo triunfó y ésa es su lógica. No son errores que tiene, sino sus características propias que cumplen a la perfección. Nosotrxs no estamos en contra de sus proyectos, son sus proyectos los que están en contra nuestra, atentando contra nuestras vidas. No hacemos otra cosa que defender lo nuestro, nuestras vidas. Ellxs y sus proyectos nos hablan de dinero, de riqueza y de beneficio, cuando para nosotrxs la riqueza es poder conservar esos espacios de nuestras vidas que, de alguna manera, nos siguen perteneciendo. Nos hablan de dinero, riqueza y beneficio, cuando para nosotrxs es impagable el poder desconectar, salir de esta mierda de rutina sin ver nada que nos recuerde a ella, perdiendo nuestras miradas en la infinidad del mar o saboreando los olores de nuestra sierra. Porque sentirse libre, aunque sea cosa de ingenuxs y sólo dure unas horas, no tiene precio. Y nos siguen hablando de dinero, riqueza y beneficio. Dan asco y pena, dos sentimientos que no queremos en nuestras vidas. Si de algo queremos y podemos ser ricxs es de espíritu de lucha y de los espacios naturales que nos rodean. No queremos dejarnos robar esto también. Por ello convocamos una asamblea de defensa del territorio, de defensa de nuestras vidas. Por ahora lo único que se ha decidido es la organización: una serie de asambleas en distintos puntos de la provincia que cada x tiempo se reunirán para poner todo el trabajo en común. Aquí, en Jerez, estas asambleas serán abiertas y formadas por individuos, es decir, para que todxs participemos de igual manera y no se ejerza más fuerza o poder por ninguna de las partes, y para que además puedan participar de la misma manera personas que no pertenezcan a ningún colectivo, las asamblea será de personas y si alguna pertenece a algún colectivo participará en la asamblea a título personal y no en representación del mismo. De este modo, convocamos una primera asamblea que tendrá lugar el próximo martes 12 de abril a las 20 h. en el local del Ateneo Libertario Eliseo Reclús (Calle Gaspar Fernández, 1). ¡Paremos la destrucción de nuestra tierra! ¡Derribemos los proyectos de complejos turísticos de nuestras playas y sierra!