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Me lo dijo Pérez Desde mi azotea Manuel Luis Martín Que estuvo en Mallorca. Concretamente en Caldepera. El gesto del PSOE de desplazarse a Mallorca para pasar una jornada con los emigrantes jerezanos me parece que es un detalle que hay que valorar como el recuerdo de un compromiso. Sólo en esa dimensión cobra sentido. Porque llevar esperanza siempre es una buena noticia. Convertir el acto en pretender llevar una cantimplora de agua al desierto sería demagogia pura y dura. Existe un compromiso con todos nuestros emigrantes insulares o no insulares de tratar de favorecer su regreso a casa para los que así lo deseen. Con trabajo claro. Lo que no se ha explicado muy bien es qué razones técnicas impidió que el PSOE fuera en los dos años anteriores. Que 400 personas puedan reunirse en torno a su gente y que incluso puedan tener una videoconferencia desde un hotel llegados desde las zonas rurales parece lo del programa de reina por un día. Adoptar un compromiso de favorecer mediante las ayudas que se puedan dar a que los familiares, además del día referido, dispongan de esa conexión de manera cotidiana, sería un regalo que no perdería en lo etéreo de lo singular. Pero donde de verdad cobra dimensión el gesto es cuando se les va a comentar que en Jerez la creación de empleo puede ser una realidad en la que deben confiar. Cuiden mucho esa apreciación, porque la llegada de Ikea no se puede convertir en el bienvenido míster Marshall. Todavía se carece de una hoja de ruta concreta que se les pueda explicar a los emigrantes hacia donde vamos en la lucha contra el paro. Por ello, además del detalle de visitarles, de renovar el compromiso, de explicarles que existe la esperanza de volver, habría que decirles, al menos a ellos, cuál es la estrategia diseñada a fondo para crear en Jerez 10.000 puestos de trabajo en tres o cuatro años. Para eso, ir a Mallorca, sería llevar, además de buenas intenciones, un camino diseñado de regreso a casa...