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Ni partidos de copa ni fases de ascensos. Ni el día del Ceuta, ni el de la Gramanet, ni el del Toledo son más importantes que nuestro futuro inmediato. Dejémonos de efemérides como la visita del Atlético en liga y copa, pasemos de la nostalgia ni de paparruchas del pasado. El partido más importante en la historia del Xerez C.D se juega el domingo. El rival es un equipo sin afición. Sus partidos los juegan con A Malata casi vacío. Cuando ascendieron este año, no llegaron a medio aforo en las gradas. Un equipo que pese a todo ha sabido reaccionar y que es nuestro rival del domingo. Tenemos que demostrar que somos más grandes que ellos y que merecemos más esta categoría. La grandeza se demuestra en estas ocasiones, de principio a fin. Sin trenecitos, sin mariconadas y sin humildades. Nuestras armas… nuestra voz, la fe, la ilusión, la masa social, el empuje, las palmas. Todo cuanto esté en nuestra mano para hacer de este partido un día grande es poco. El club por su parte tiene que preparar la marcha azul por lo civil o por lo criminal, si o si. Una película que a Sevilla y Betis siempre les resultó positiva. Tienen que gastarse el dinero, concentrar al equipo el sábado en un hotel y sacarlo al día siguiente llevándolo al estadio rodeado por los 5.000 fieles xerecistas en volandas. Unos fieles que dotaran al equipo de la motivación, las alas y el queroseno que a ellos les faltan. Solo así con esa lección de apoyo y unidad podremos sacar entre todos, el partido más importante de la historia del Xerez. Un partido que nos puede dejar a dos puntos de la salvación o por lo contrario a ocho, esto ultimo… una autentica ruina. Manos a la obra.