Reflexión acerca del valor de los jóvenes en un movimiento social como el 15M, sin olvidar la importancia que suponen los mayores, que aún conservan la esperanza.
"Las revoluciones se producen en los callejones sin salida" Pienso. Me pregunto si hemos llegado a nuestro callejón sin salida. Si, justo en este momento, instante, ahora, tenemos que actuar. Y pienso.
Hay algo extraordinario en nuestra inexperiencia de estudiantes, tempranos trabajadores, hijos; jóvenes. La suerte de ser libres de la carga que suponen demasiados sueños mutilados. La frescura de no acumular fracasos que no han tenido tiempo, aún, de llegar. La voluntad de mejorar lo que nos rodea, las ganas de hacerlo sin dejarse llevar por lo más oscuro, la desesperanza o la resignación, capaces de acabar con cualquier espÃritu lleno de energÃa.
Somos afortunados de estar aquà y poder pensar como lo hacemos. Tenemos que querer pararnos, observar con nuestra capacidad crÃtica. Entristecernos con lo que vemos a nuestro alrededor. Yo digo: sintamos. Que la tristeza nos conduzca hacia la indignación. Que la indignación nos lleve hacia el arrojo de crear. Crear con la ingenuidad que nos es propia, la responsabilidad que nos corresponde, la posibilidad que nos es legÃtima. Tenemos nuestro derecho al delirio.
Hace un tiempo no creÃa posible el despertar de las conciencias. Hoy dudo, pero dudo un poco menos. He visto a gente capaz de unirse, hablar, debatir, compartir. Me he dado cuenta de que hay más personas de las que yo pensaba que quieren luchar por un mundo un poco mejor, y van y lo hacen. Proponen alternativas. AsÃ, el mañana es posible, y yo no lo creÃa.
Y yo, que aún estoy aprendiendo, y tantos otros, (y aclaro que estamos especialmente aprendiendo, ya que el ser humano nunca deja de hacerlo) acabamos, prácticamente, de empezar a lidiar con este mundo, y hemos dicho basta. Basta de codicia. No queremos que todo gire en torno al beneficio, al dinero. Aquella, precisamente, es responsable, entre otras cosas, de la crisis actual. Crisis económica, crisis polÃtica, crisis ecológica, crisis social, crisis de ideas, crisis de valores. Sólo queremos más, buscamos más. La riqueza da poder, y parece que, quien tiene más, más es. Pero no somos nada. Y cuanto más tenemos, más nos vaciamos por dentro. Y nos deja de importar todo lo demás. Y las personas desaparecen, con ellas sus valores más humanos… y todo pierde su sentido. Porque sin personas, y sitio donde habiten, no hay vida. Porque a veces, olvidamos, que sin planeta no hay bondad ni injusticia, no hay nada.
Pero tengo suerte, muchos la tenemos. Porque la más pura casualidad ha querido que estemos juntos, habiendo sido educados en valores, sabiendo dónde estamos y buscando algo que poder hacer. Y aunque nos debatimos entre la impotencia y la esperanza, acabamos por contagiarnos de la segunda. Porque si no fuera asÃ, no estarÃamos aquÃ, y yo no estarÃa escribiendo esto. Porque no olvidamos que, aunque somos unos afortunados completos inexpertos, siempre vamos a poder, de nuevo por suerte, refugiarnos en la esperanza que aún hoy conservan aquellos que ya lucharon, que ganaron o perdieron, quién sabe, pero que ahora nos apoyan. Que pueden mirar a sus hijos a los ojos y decirles que ellos lo intentaron. Al igual que espero, nosotros lo podamos hacer.
Este es el momento de actuar. Si te sientes asÃ, busca y encontrarás. 15 de Mayo: infórmate, indÃgnate, contágiate. Toma tu plaza, toma tu barrio, toma la calle. Eres libre de UNIRTE.