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Es terminar la temporada de playa y unos operarior municipales abren a machotazo limpio las bocas tapiadas de los 3 emisarios de aguas pluviales que vierten en el Rio Guadalquivir . Pero no es el agua de la lluvia lo que aparece por esos enormes tubos de fibrocemento; nó.. lo que sale a miles de litros es agua fecal acompañada de residuos sólidos.Ele la cuota de saneamiento que se embolsa la empresa concesionaria de la depuranada de ese pueblo. Los ecologistas campan por su ausencia sin decir ni mú,que las acedias de la zona están muy ricas de proteinas,cadmio,mercurio y Júpiter. Año tras año se repite el ciclo y como en la película Tiburón,nadie de aquellas aguas queria que se les chafara el negocio.La salud no importa,sobre todo la del concejal de playas. Es inconcebible lo que acaece en dicho lugar a la vista de sus paseantes oriundos(los bañistas foráneos se marcharon) sin que digan esta boca es mía.Sinónimo absoluto del más absoluto abandono en al menos escribir una cartita en la prensa local-que igual ni la publican- o ponerse con un trozo de sábana pintarraquá,denunciando el atentado ecológico que con la anuencia de gobernantes corruptos se produce año tras año en un lugar idílico para que los presidentes del gobierno se tome unos dias de asueto y gastronomía populachera.Menos mal,tambien serán víctimas de la mierda acumulada en laas branquias de los pescaos. Paseante irredento