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Desde hace unas décadas, el auge de las posiciones económicas neoliberales ha impuesto una lógica de desregularización de las condiciones laborales y financieras y privatizaciones que ha golpeado con dureza los servicios públicos. Estas medidas se han acentuado notablemente con el estallido de la gran crisis financiera en la que estamos inmersos, que ha servido a los ejecutivos de los distintos países para rubricar y justificar su sumisión a los intereses del gran capital y acometer un programa acelerado de recortes bajo la excusa falaz del pago de una deuda, contraída a nuestras espaldas y de la que no somos responsables. Los culpables tienen nombre y apellidos, y han logrado convertir su deuda, que era privada, en una deuda pública. La reforma laboral, los recortes en sanidad, la privatización de servicios públicos… son un buen ejemplo de ello. En la Educación hemos podido observar este fenómeno con gran claridad. A la lógica privatizadora, elitista y de pragmatismo economicista del Plan Bolonia y su asociada EU2015 (Estrategia Universidad 2015) se suman los recientes recortes en profesorado y personal administrativo, la subida de tasas y las duras reformas en las enseñanzas medias (como la Ley Wert), que obedecen todas a una lógica de mercantilización, privatización y elitización de la educación que no podemos permitir. Somos much@s los que estamos en la universidad hoy gracias a lo que consiguieron nuestros padres, madres y abuel@s, y no vamos a renunciar a esas conquistas, por nosotr@s y por l@s que vengan después. En nuestra comunidad, además, a los recortes derivados del gobierno central del Partido Popular, que no oculta sus simpatías neoliberales, se suman los ataques de la Junta de Andalucía, dirigida por la coalición PSOE-IU. Pese a su promesa electoral del “gobierno muralla contra la derecha�, dicha coalición ha demostrado su verdadera naturaleza, justificando y asumiendo los recortes. Mientras clama contra las reformas del PP y hace suyo un discurso de resistencia, la Junta acomete durísimas medidas, como el despido de profesores interinos o la eliminación de la paga extra a l@s funcionari@s, incompatibles con sus propias proclamas y dándonos a entender que no hay alternativa. En la Asociación Estudiantil Contra la Precariedad (AECP) creemos que sí hay alternativas, que los recortes no son inevitables y que ni la Educación ni los servicios públicos deben pagar la deuda. L@s estudiantes tenemos que despertar y organizarnos para luchar contra los recortes, vengan desde donde vengan. Por eso, el día 4 es necesario mostrarle al Gobierno Central y a la Junta de Andalucía que no estamos dispuestos a pagar con nuestra educación, con nuestros derechos y nuestros puesto de trabajo (presentes y futuros), una deuda que es ilegítima. ¡Nuestra educación no se vende, se defiende! Asociación Estudiantil contra la Precariedad - AECP